El mundo mágico, durante muchos años, había sido
aterrorizado por el malvado mago Lord Voldemort. La noche anterior, el 31 de
octubre, Voldemort descubrió el refugio escondido de la familia Potter y mató a
Lily y James Potter. Sin embargo, cuando intenta matar a su hijo de 1 año,
Harry, la maldición asesina Avada Kedavra se vuelve sobre sí mismo. El cuerpo
de Voldemort resulta destruido, pero su espíritu sobrevive: no está muerto ni
vivo. Por su parte, a Harry sólo le queda una cicatriz con forma de rayo en la
frente que es el único remanente físico de la maldición de Voldemort. Harry es
el único superviviente de la maldición asesina, y a raíz de la misteriosa
derrota de Voldemort, el mundo mágico comienza a llamarlo «el niño que
sobrevivió».
El 1 de noviembre, Rubeus Hagrid, un semi-gigante, deja a
Harry con los únicos parientes que le quedan, los crueles Dursley. Éstos son su
tío Vernon, su tía Petunia y Dudley, su primo obeso y malcriado. Ellos
intentarán en vano esconder su herencia mágica (por ejemplo, al decirle que sus
padres murieron en un accidente de tráfico, o castigándolo severamente después
de cualquier comportamiento extraño). Sin embargo, la víspera de su undécimo cumpleaños,
Harry tiene contacto con el mundo mágico cuando recibe cartas del Colegio
Hogwarts de Magia y Hechicería, las cuales eran entregadas por lechuzas, aunque
su tío impide que pueda leerlas. Ya en su cumpleaños, Hagrid aparece y le dice
a Harry que existe un mundo mágico y otro «muggle» y, puesto que él es un mago,
ha sido invitado a asistir al colegio.
A partir de ese momento, Harry pasa la mayor parte de su
tiempo en Hogwarts, donde vive muchas aventuras relacionadas con el segundo
ascenso al poder de Voldemort, que continúa con sus planes de dominar el mundo
mágico y eliminar el mundo muggle. Cada libro cuenta un año (generalmente de
julio a junio) de los siete que Harry debe pasar en Hogwarts para terminar su
formación mágica.
-Hazel